Escrito por esteban el 7/21/14 • En la Categoría Noticias
Artificieros de la policía desactivaron a primera hora de la tarde de ayer tres artefactos caseros que habían sido remitidos a los periódicos Abc y La Razón y al presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra. El Ministerio del Interior ha descartado que se trate de acciones terroristas de ETA, sino que se inclina por la hipótesis de que los autores de los envíos son miembros de grupos extremistas que trabajan en defensa de algunos presos comunes. Algunos de esos movimientos celebraban ayer una jornada de lucha.
Por correo ordinario
Los artefactos remitidos a los dos rotativos madrileños iban dirigidos a dos redactores de sucesos y llevaban como remitente el nombre de Juan José Romero Chuliá, un preso muy conocido y peligroso que se suicidó el pasado mes de marzo. Era considerado un histórico de la lucha en las prisiones y había participado en varias revueltas carcelarias. El remite se completaba con la dirección: Calle de los Desamparados, número 13, de Madrid. El paquete bomba enviado a Esteban Ibarra tenía un remite a nombre de David Jiménez, y la dirección de la sede del diario El Mundo, calle Pradillo 42, de Madrid. Este mismo remite figuraba en la carta-bomba que recibió el pasado 25 de abril el periodista Jesús Zuloaga, experto en terrorismo del diario La Razón.
Los tres artefactos tenían el mismo envoltorio, un sobre marrón acolchado tamaño cuartilla y de unos tres centímetros de grosor, y la misma composición: un reloj digital, una pila de petaca y unos cables, además de una lata con un líquido cuya composición se está investigando, aunque fuentes policiales dudan de que fuera explosivo.
Los paquetes llegaron por correo ordinario a la sede de los dos periódicos en el reparto de la mañana e infundieron sospechas. Tras pasarlos por el escáner, los departamentos de seguridad de ambos rotativos avisaron a los Tedax, quienes procedieron a su desactivación. El recibido en Abc, fue explosionado en un extremo del jardín que rodea el edificio del periódico.El paquete contra el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, fue recibido en la sede de la citada organización no gubernamental, en la plaza de Cabestreros, de Madrid, por correo ordinario y estaba manchado de grasa en el exterior.
Ibarra sospechó de inmediato y llamó a la Policía. Los artificieros hicieron estallar el paquete mediante una explosión controlada que realizaron en el mismo portal del edificio. Dentro del paquete había una nota, que quedó hecha trizas tras la explosión, en la que se hacía referencia a los FIES (presos de especial seguimiento por su reincidencia y peligrosidad).
Ibarra declaró posteriormente a los medios informativos que la bomba recibida «es la respuesta de los violentos contra los que criticamos la violencia». El presidente de la mencionada ONG recordó que lleva soportando ataques de grupos antisistema desde hace algún tiempo, así como una campaña de hostigamiento con pintadas, por lo que ha formulado las correspondientes denuncias. Ibarra se resistió a identificar a los autores del envío, aunque precisó que está claro que se trata de extremistas antisistema que le atacan por oponerse a la violencia.
El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Javier Ansuátegui, informó a Efe de que la policía considera que los artefactos podrían ser simulados, ya que los técnicos en desactivación de explosivos han comprobado que no tenían detonador y, al parecer, tampoco contenían explosivo.
Para Ansuátegui, se trata de una operación realizada por sectores radicales «que pretenden llamar la atención en favor de presos que no tienen nada que ver con el terrorismo». Agregó que los materiales empleados en la confección de los artefactos caseros son muy poco conocidos y los calificó de «artefactos de muy menor entidad».
Según informaron fuentes de ambos periódicos, los redactores contra los que iban dirigidas las cartas bomba no habían sido amenazados.
El jefe de sucesos de La Razón, destinatario del envío, no se encontraba en el periódico cuando se recibió el paquete porque estaba cubriendo la información del funeral por las víctimas del accidente del autobús en Soria.
El elemento común
Nada parecen tener en común dos periodistas de sucesos de los periódicos Abc y La Razón, con el presidente del Movimiento contra la Intolerancia, Esteban Ibarra, para que el mismo día y casi a la misma hora, reciban tres paquetes -bomba casi idénticos y de confección casera. El único elemento común, al menos aparentemente, es haber asistido al juicio contra el presunto autor del asesinato del aficionado de la Real Sociedad Aitor Zabaleta, según informaron fuentes de la investigación.
Ibarra actuó en nombre del Movimiento contra la Intolerancia como acusación popular, junto con los abogados de la Real Sociedad, en el juicio que supuso la condena del seguidor del Frente Atlético Ricardo Guerra.
Su actuación supuso que en la actualidad se investigue la posible participación de otros tres amigos de Guerra en la agresión mortal al seguidor donostiarra.
El País 8 JUL 2000
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