Esteban Ibarra

Movimiento contra la Intolerancia, por los Derechos Humanos

LOS  INFAMES OLVIDOS DE  LAS  PORTAVOCIAS DEL 25 N

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (25N) es una jornada de Memoria de la Víctima, de confirmación del compromiso en defensa de la dignidad humana, de lucha por la libertad, justicia y los derechos humanos  que son universales y por tanto  no saqueables por causas de género, sexo, de misoginia o machismo, ni por ningún motivo. La violencia hacia la mujer, en todas sus formas o manifestaciones, ha de ser denunciada, condenada y combatida hasta su erradicación absoluta, por consiguiente, la protección  de la mujer frente a la violencia ha de ser universal, para todas  y cada una de ellas, en todo tiempo y lugar,  de alcance global, osea, integral y mundial, en todo ámbito de la sociedad humana y en todo  el planeta.

Sin embargo en este día de lucha, solidaridad y Memoria hemos vuelto a echar  en falta un señalamiento explicito de determinadas tragedias de extrema de violencia misógina y odio machista que nunca deben ser olvidadas y en donde se debe referenciar y reiterar el grito: !Nunca Mas!.

No hemos  escuchado a las instituciones que hablan en nombre de la oficialidad feminista, sea en las instancias internacionales e desde gobiernos, como tampoco en las organizaciones de influencia prevalentes al respecto, la mas mínima mención explicita a determinados escenarios de extrema crueldad, odio y violencia contra la mujer. Podría ser desmemoria pero parece ser consciente para no incomodar relaciones internacionales; podría interpretarse  como sesgo excluyente de esa oficialidad feminista para estar en las equiparaciones que lo subsumen en discursos generales del “otras mas”;  podríamos entender que, aunque conscientes de esos graves problemas, hay sumisión de tipo ideológico o geo-político. En cualquier caso, el silencio no sirve y los crímenes ni se pueden, ni deben cancelarse en la memoria reivindicativa de justicia.

Durante esta fundamental Jornada Internacional  de lucha por la  eliminación de la violencia contra las mujeres y niñas, sin menoscabo del correcto señalamiento general de este muy grave problema de la humanidad, lo que nadie significo y por tanto quedó opaco, fue a los grupos del terrorismo yihadista que desde su misoginia anti-occidental masacran a mujeres, ni a las dictaduras represivas que matan y encarcelan a opositoras cebándose en su doble condición, ni a las teocracias islamistas que lapidan, mutilan y asesinan mujeres. A sus víctimas no les ha llegado nitidamente los gritos de aliento y solidaridad de las manifestaciones, ni las palabras de sus manifiestos, y lo que es mas grave, se les traslada soledad por falta de acusación social concreta a estos criminales de  mujeres, víctimas de las mayores crueldades de misoginia y  machismo, un silencio que  siempre beneficia al asesino que  busca  legitimarse con sus doctrinas e ideologías.

El oficialismo feminista y sus organizaciones olvidaron a las mujeres cristianas secuestradas, violadas y  forzadas a la conversión islámica en Nigeria, Pakistán, Sudán, Egipto, Somalia, Libia, Eritrea, entre otros, a las las mujeres que viven bajo las teocracias islamistas como las mujeres Bahaís y de otras confesiones en  Irán, Yemen, Sudán, Arabia Saudita, Mauritania, Afganistán,entre otros,  obligadas a cubrir su cabello y su cuerpo, incluso con burkas y niqab, en un dominio machista que niega la libertad y autonomía personal, y que ante la mas mínima insumisión , no dudan en reprimir y asesinar  como sucedió a Mahsa Amini, iraní de origen kurdo, arrestada y torturada hasta la muerte por la policía del regímen al no usar su hiyab correctamente, y junto a ella, vinieron decenas de asesinatos en las manifestaciones de protesta contra su sometimiento.

Tampoco hubo mención, ni siquiera en ONU Mujeres, de la crueldad criminal en dictaduras de “revolucionarios” como en Nicaragua, Cuba, Bolivia o  Venezuela, donde la dualidad en cuanto a condición de mujer y oposición política resulta criminalmente flagrante. También se olvidaron de mencionar explicitamente los feminicidios  de ciudad de Juarez y del resto de México u otros países con escenarios de  doble moral e impunidad, o sin sanciones drásticas para los agresores sexuales.Podriamos interpretar que ha sido una manera de dar la espalda a la memoria de las hermanas Mirabal, lideres feministas y de derechos humanos dominicanas asesinadas en 1960 por la dictadura de Trujillo, hechos que dieron lugar a instituir en 1999 por la ONU esta Jornada Internacional que no debe olvidar a nadie, en especial los hechos mas terriblemente sangrantes.

Resulta una paradoja que en manifiestos y declaraciones de portavoces con desmemoria  se recordara el sufrimiento de la mujeres y niños de Gaza, acción absolutamente correcta, pero que  se olvidara y evitara realizar reproche alguno a Hamas, la organización terrorista  que precisamente  utiliza a mujeres, niños y otros civiles como escudos humanos. Y resulta indecente e inmoral el olvido  o la   no mención de la masacre misógina antisemita del 7de Octubre, una brutal matanza sin igual de mujeres, niños, ancianos y hombres, con un secuestro y tortura de mas de 250 personas, donde aún permanecen 101 en cautiverio bajo tierra, entre ellas 19 mujeres sometidas a violación, violencia y horror. Ni una sola palabra se ha dicho.

Llevamos muchos años alzando la voz en contra de la violencia sexual y diciendo,que no se justifica bajo ninguna circunstancia, que ningún contexto puede excusarlo y menos justificarlo, como tampoco silenciarlo sin que se deje de señalar que es conducta de complicidad. Hemos insistido y con razón,  que el testimonio de toda mujer debe ser tenido en cuenta y debe ser valorado sin dejarse arrastrar por  tópicos o prejuicios machistas.Nos hemos movilizado al grito de : “hermana, yo sí te creo”. Pero en este caso, pese a haber visto directamente los hechos brutales acaecidos mediante  los vídeos filmados y difundidos por los criminales de Hamas, no hubo ni una sola palabra de compromiso o sororidad con las víctimas.

Decía la escritora israelí Dina Rubien en su carta a la hipocresía mundial denunciando, desde la justicia y la conciencia moral, que los terroristas del 7 de octubre cometieron atrocidades de odio cualitativamente no escritas en la historia, durante sus ataques a  kibutzin pacíficos y al Festival Nova intercultural que buscaba encuentro y construirconvivencia con los gazatíes. Y lo hemos visto. Nos quisieron aterrorizar, lo difundieron por redes en tiempo real para dañar a los familiares de las víctimas y a la humanidad entera. Hemos visto lo que  creíamos que no podría existir.Nunca antes se alcanzó cotas cualitativas de tan extrema crueldad.

En su carta, la escritora relata como “durante horas, miles de bestias felices y ebrias de sangre, violaron mujeres, niños y hombres, disparando en la entrepierna y la cabeza de sus víctimas, mutilando los senos de las mujeres y jugando fútbol con ellos, acuchillando y sacando los bebés de los vientres maternos de las mujeres encintas para inmediatamente decapitarlos, amarrando juntos a niños pequeños para quemarlos vivos. Había tantos cadáveres carbonizados que durante muchas semanas los médicos forenses no podían encarar la enorme carga que representaba identificar a las personas.  Y los terroristas se jactaron  de su crueldad  criminal entre sus paisanos, y lo difundieron al mundo entero. Unos hechos que fueron amplificados por la no condena e incluso a veces con apoyos, tanto en el interior de ese territorio como en el exterior internacional, con justificaciones del tenor “todo por la causa”, que para el terrorismo yihadista  tiene  proyección de exterminio antisemita  simbolizado en el eslogan “Desde el Río hasta el Mar”.

Recordando a Francisco Tomas y Valiente, presidente del Tribunal Constitucional asesinado por ETA, persona  muy sensible con las víctimas del Holocausto, cuando se refería al dolor humano con empatía con las víctimas del terrorismo, expresaba que siempre que el terrorismo asesina a una persona, nos asesinan a todos un poco. Igualmente debe entenderse, desde nuestra conciencia, para exigir justicia con las víctimas del terrorismo misógino y machista. Que no acaben con nuestra memoria porque perderemos nuestra humanidad.

Esteban Ibarra

Presidente de Movimiento contra la Intolerancia

Sº Gral. Consejo de Víctimas Delitos de odio

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